Este informe sobre NEPOTISMO ha sido elaborado por estudiantes hondureños de la carrera Relaciones Internacionales:
NEPOTISMO
Introducción
El presente informe expone dos enunciados: Nepotismo que se define como la
preferencia que tienen algunos funcionarios públicos para dar empleos a algunos
familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad o alianza
y dinerocracia que a pesar de no contar con un término formal se entiende como aquella
práctica realizada por jefes de estado, funcionarios públicos y partidos políticos de utilizar
el dinero como fuente de compra ya se de votos, acciones para poder demostrar su poder
ante la sociedad. Se plantean una serie de ejemplos a nivel nacional e internacional de
ambos términos ya puestos en práctica por los diferente estados, desde sus inicios hasta
la actualidad. Seguidamente se desarrolla un análisis del porque ambos términos son
contrarios a la democracia verdadera. Y como tanto la dinerocracia como el nepotismo
son caracteristicas de paises donde la corrupción es la forma de gobierno.
Antecedentes
Para adentrarnos en el tema de nepotismo primero debemos saber cual es el
significado de la palabra nepotismo. Es un sustantivo que deriva del griego “nepos” que
significa sobrino. El mismo hace referencia a la acción de favorecer a familiares y amigos
con empleos o cargos públicos pero también premios u otros favoritismos por solo el
hecho de ser allegados, ya que no tienen los méritos para poder ocupar esos lugares o
privilegios.
Según el Diccionario de la RAE, el nepotismo es la «desmedida preferencia que
algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos». En el ámbito de
las Empresas Familiares hablamos de nepotismo para referirnos a la tendencia existente
de ofrecer puestos de trabajo a miembros de la familia propietaria por el mero hecho del
parentesco, sin tener en cuenta la formación o capacidad para desarrollar las tareas
requeridas por el cargo.
Es decir que el nepotismo es una manera de obviar las cualidades de personas
capacitadas y con experiencia de un cargo dentro de una empresa u institución
gubernamental, esto se puede puede ver como una manera de corrupción ya que no se
está haciendo el debido proceso para la elección de una persona para el puesto al que
se postula, que normalmente es por medio de la meritocracia, pero, que es meritocracia?.
La Meritocracia es un sistema de recompensa por mérito individual. Es decir, cuando el
criterio para conceder determinado premio o ventaja es el esfuerzo y la dedicación de la
persona exclusivamente.
Este sistema está ampliamente difundido hoy en día y lo utilizan diversas
instituciones y organizaciones. Por ejemplo, el gobierno, cuando contrata personas por
medio de concursos públicos, y las empresas, para reconocer empleados.
Sabiendo bien cual es el concepto principal y el significado del nepotismo
podemos decir que durante la historia han ocurrido varios casos de nepotismo al rededor
del mundo. El primero ejemplo de nepotismo en la antigüedad es Uno de los primeros
casos de la historia en la época romana. Cuando Pompeyo le dio relevantes
responsabilidades a su yerno Metelo Escipión quien no tenía conocimientos ni
experiencia en el ámbito militar. Ante esta situación Marco Antonio lo denunció en el
senado y lo acusó de nepotismo.
En la Edad Media cuando varios obispos y Papas de la iglesia católica nombraron
como cardenales a parientes o allegados con total favoritismo y sin cumplir con las
condiciones necesarias para hacerlo legalmente. Se han encontrado casos de nepotismo
en monarquías europeas y también en los estados modernos en la actualidad.
Otro caso de nepotismo muy sonado fue el que llevó a cabo Napoleón Bonaparte.
Este líder francés lo que hizo fue apostar por su familia para darle determinados puestos
de responsabilidad e importancia. El más conocido de todos ellos fue el que le otorgó a
su hermano José Bonaparte, más conocido por Pepe Botella por su afición al alcohol, al
que lo encumbró como rey de España.
En el dado caso, por ejemplo, que el intendente de un pueblo nombra a su
hermano como máximo responsable de la Secretaría de Empleo. Si la persona elegida
acredita méritos suficientes para el cargo (formación profesional, antecedentes, etc.), el
nepotismo será sólo una suspicacia. En cambio, si el hermano del intendente no tiene
trayectoria política o profesional, el caso de nepotismo quedaría confirmado.
El nepotismo se puede caracterizar como la excusa que aluden los funcionarios
que lo practican es que necesitan personas de confianza y leales para poder ocupar
cargos importantes ya que no confían en otras personas para hacerlo.
Esta excusa es muy poco seria ya que siempre hay profesionales que pueden
ocupar cargos relevantes. Los actos de nepotismo son muy negativos para los estados
y gobiernos democráticos ya que envía el mensaje al resto de los ciudadanos que los
méritos y el esfuerzo profesional no son necesarios para alcanzar cargos o empleos en
el gobierno, ya que solo se logra si se es amigo o familiar de alguien importante.
Algunos biólogos han sugerido que el nepotismo es completamente instintivo.
Cuando el encargado de recursos humanos (contratador) en una empresa o incluso el
empresario contrata a su pariente en lugar de alguien más calificado sólo por el hecho
de ser familia, está incurriendo desde ese instante en un problema ético. El hecho se
agrava cuando el nepotismo se aplica a los cargos de máxima responsabilidad, ya que
las consecuencias del mal desempeño de los mismos pueden redundar en pérdidas o en
una crisis de la empresa, y en problemas familiares de diversa índole. Privilegiar el
nepotismo ocasiona problemas y deficiencias en las áreas donde hay personas no aptas
para tal cargo.
Más allá de las consecuencias que acabamos de mencionar, el nepotismo
practicado de manera generalizada en una Empresa Familiar crea un ambiente de
desconfianza entre los trabajadores y puede impedir que la empresa acceda al mejor
talento disponible en el mercado laboral para cubrir los diferentes cargos ejecutivos y
directivos, ya que los candidatos verán que o bien tienen pocas posibilidades de crecer
profesionalmente o van a estar dirigidos por personas que no necesariamente son tan
competentes y profesionales como ellos. El mejor antídoto para el nepotismo es entrar
en una dinámica de profesionalización en la empresa, de modo que todos los empleados
(especialmente los cargos ejecutivos y directivos de mayor responsabilidad) sean
contratados en base a criterios objetivos de formación, capacidad y experiencia.
La corrupción política supone un deterioro moral del sistema de gobierno, esto
como consecuencia de un mal ejercicio o un ejercicio desviado de las funciones públicas
por parte de los responsables de las mismas. Un gobierno corrupto está perdido, porque
aleja a los ciudadanos, quienes prefieren en muchos dejar de participar en la política;
aun y cuando es el instrumento para conciliar el interés general, también así un gobierno
corrupto pierde representatividad, legitimidad y control, y en consecuencia pone en
peligro la estabilidad y paz social.
Ejemplo, El Salvador, donde a lo largo de su historia ha habido nepotismo en el
Gobierno Central, en las alcaldías y en el resto del aparato estatal.Una dirigente del ex
partido oficial tratando de justificar el nepotismo (el cual de ninguna manera tiene
justificación) durante los diez años de su partido en el poder, señaló que tienen derecho
al trabajo.
En otro caso el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, ha
defendido este viernes la designación de su hermana como directora temporal del
Conservatorio Superior de Danza de Málaga, pese a no haber sacado la mayor
puntuación en un concurso de méritos que se estableció para el nombramiento.
Dentro de este contexto también se puede introducir un concepto nuevo y
revolucionario, que es el de “Dinerocracia”, pero, ¿que es la dinerocracia? En palabras
simples y al entendimiento de cada persona ya que no hay un concepto bien definido
todavía, la dinerocracia es la forma de obviar la voluntad del pueblo por medio de la
democracia a cambio de dinero y de beneficiar a los grupos de poder que son quienes le
proveen el dinero a los dirigentes, con la certeza de que las leyes los beneficiaran a ellos
solamente o podrán esquivar a la ley y la justicia cuando llegue el tiempo de “cobrar el
favor”. La democracia como forma de organización de la sociedad y del poder contiene,
entre sus elementos, el régimen competitivo mediante procesos electorales. Por tanto
una de las instituciones más importantes de cualquier democracia son los partidos
políticos.
Un partido, es decir, un grupo organizado de ciudadanos que comparten una
posición ideológica y busca tener la oportunidad de ejercer el poder político de manera
legítima. En la actualidad, se da prácticamente como un hecho que, como las elecciones
significan juego entre partidos, no hay democracia sin partidos políticos, que estas
“maquinarias electorales” son irremplazables y fundamentales actores del juego
democrático. Son los partidos políticos los principales articuladores y aglutinadores de
los intereses sociales (de la relación entre la sociedad civil y el Estado), que participan
en la lucha por el poder político y en la formación de la voluntad política del pueblo a
través de los procesos electorales.
Los partidos se están convirtiendo en entidades de interés público pero sin mayor
vínculo con la ciudadanía. Entidades financiadas con dineros públicos y privados que
periódicamente, al ritmo marcado por los concursos electorales, hacen acto de presencia
en la comarca correspondiente para «vender» a su candidato ante el electorado. Si antes
inquietaba la conversión de la democracia en una partidocracia, ahora preocupa la
conversión de esa partidocracia en una dinerocracia. La actuación de los partidos hoy se
limita a asegurar y acrecentar las prerrogativas económicas.
Al ciudadano no lo conciben como un elector, sino como un consumidor de productos
reciclables. Logrado aquél propósito, asegurada la plaza y con ella el empleo de cuadros
y militantes, el elector consumidor es olvidado, marginado de todos aquellos ejercicios
(no electorales) relacionadas con la democracia. Agotada la temporada electoral, los
partidos se desentienden de la ciudadanía y todos aquellos asuntos del interés público
que implican tomar decisiones pasan al exclusivo dominio de los partidos. Ahí los
ciudadanos no sólo sobran, estorban.
Los partidos privatizan el ejercicio del poder con la tranquilidad de que sin estar
obligados a rendir cuentas a la ciudadanía la próxima elección no será donde reciban
premios o castigos. Será, en el mejor de los casos, el momento de echar a andar la
máquina del dinero y la propaganda, no para impulsar a su candidato, sino para hundir
al adversario. Y eso no es una elección. Tal es el desapego de los partidos frente a la
ciudadanía. La impunidad y la no rendición de cuentas por parte de la élite en el poder y
el divorcio entre partidos y ciudadanía están socavando el avance de la democracia.
El decrecimiento en las instituciones o, peor aún, la actuación de éstas a partir de
arreglos políticos por encima del derecho, está dando aliento a los grupos radicales que
ven la violencia como el recurso más directo para manifestar su inconformidad. Cuando
los canales institucionales de participación se cierran, nadie puede llamarse a sorpresa
por su desbordamiento.
Por más que se discuta si la transición a la democracia ya concluyó o no, hay mensajes
muy claros de inconformidad política desatendida. Los partidos y las élites políticas están
jugando con la estabilidad y poniendo en riesgo la democracia
Estos casos también son un patrón normalizado en américa latina, o por lo menos
la mayoría de los países de latino américa. En años recientes, los procesos electorales
llevados a cabo en distintas partes del mundo (Estados Unidos de América, Alemania,
España, Chile) han tenido como consecuencia resultados finales con diferencias
mínimas entre el candidato ganador y el candidato perdedor.
En otras se han hecho críticas severas a la legitimidad de los gobiernos electos
democráticamente. Suspicacias, dudas y sospechas. Las causas han sido varias, y
siempre de acuerdo a casos concretos, nos podemos encontrar con que estas crisis
pueden deberse a fallas en los sistemas electorales o en los sistemas de partidos,
omisiones graves a causa de los regímenes presidenciales o parlamentarios, ineficacia
del aparato jurídico-electoral, hasta llegar a las crisis severas al interior de los partidos
políticos y la profunda desconfianza de la ciudadanía hacia la clase política en general.
En Honduras podemos encontrar claros ejemplos de dinerocracia. En las
elecciones pasadas realizadas en el en nuestro país se dieron conocer que muchas de
las candidaturas y no solo eso sino que también varios candidatos eran parte del
narcotráfico y del lavado de dinero y utilizaron ese mismo dinero para poder financiar sus
campañas políticas y las de otros candidatos también, lo más sorprendente de este
ejemplo del ex alcalde Alexander Ardon, es que después de haber confesado financiar
su campaña política con dinero de narcotráfico ante un juzgado estadounidense,donde
también se acusó al hermano del actual presidente, en su segundo periodo, juicio en el
que al exalcalde y al hermano del presidente Juan Orlando Hernández, habían creado
una sociedad para traficar cocaína a Estado Unidos. Más adelante en el caso el ex
alcalde Alexander Ardon también declaró haber sido la persona que . financió las
campañas políticas del actual presidente de la república, Juan Orlando Hernández, en
conjunto con la campaña del expresidente Porfirio Lobo Sosa
En complicidad con lo ocurrido dentro de los periodos de campañas electorales,
una entidad perteneciente al Estado, tuvo conocimiento de todo lo que ocurría en esos
periodos.pero como la mayoría de los casos en Honduras quedó inconcluso ya que no
tenían las pruebas suficiente par demostrar que el dinero dirigido hacia las campañas
electorales del actual presidente, el expresidente y el exalcalde, fuera vinculado con el
narcotráfico.
Hoy todos los poderes políticos están asentados, pero las condiciones sociales y
económicas parecen sufrir de un estancamiento. Partidos políticos desprestigiados, una
clase política a la que se le mira con desconfianza, un sistema político —el presidencial—
que provoca, por su fuerza protagónica que se deposita en una sola persona, el
surgimiento y la aparición de liderazgos fuertes y carismáticos; sumados a la corrupción,
la violencia generada por la inseguridad, la condición de pobreza extrema y marginación
de amplios sectores de la población junto con la desigualdad son los elementos que
forman una especie de cóctel que pone en peligro nuestra todavía frágil democracia.
No se ve cómo en el mediano plazo pueda adoptarse el parlamentarismo como
régimen político, para que pueda conducirse a una mayor gobernabilidad, ni una reforma
constitucional que permita la reelección inmediata de los legisladores,es de pensarse
que la única manera de generar más confianza de la ciudadanía hacia los partidos
políticos y hacia la clase política en general será adoptando códigos de ética hacia el
interior de las instituciones partidistas,así como un fortalecimiento real, transparente y
público de su democracia interna; además, por supuesto, de generar los mecanismos
necesarios para proyectar de manera efectiva los reclamos de la sociedad cumpliendo,
así su papel de instancias de mediación entre la ciudadanía y los órganos representativos
del Estado.
Los partidos políticos actualmente ya no pueden ser indiferentes a los ciudadanos
ni despreocuparse por sus intereses. No están respondiendo con la agilidad y lucidez
necesarias. No es posible seguir convirtiendo a los partidos en microempresas
electorales, agencias de distribución de cargos públicos y apropiación de recursos
estatales. Los partidos tienen que reinventarse, mostrarse talentosos para reclutar a
nuevos cuadros, generando la capacidad de recibir a las nuevas generaciones de
políticos. Tenemos así la necesidad de contar con partidos serios y fortalecidos, y ello en
buena medida puede partir desde su interior mismo, procurando que el ciudadano tenga
la capacidad de influir en las decisiones que le conciernen. La ética dentro de los partidos
existentes en una democracia es una variable vital para el funcionamiento, la estabilidad
y la gobernabilidad de la democracia. Aunque para el buen funcionamiento de la
democracia todas las instituciones son importantes, el papel del partido político como
institución es más decisivo en la medida en que condiciona a los demás. Si no
construimos partidos políticos serios, abonaremos la tierra del populismo.
Conclusiones
En conclusión, se sabe que el nepotismo es algo en lo que deberíamos estar
exterminando ya que es más un daño que un beneficio para la sociedad. Es difícil hacer
cambios estructurales pero no es imposible y más si se tiene en mente la meta de tener
un gobierno libre de corrupcion y un pais donde haya democracia verdadera. Estos casos
de ejemplo de los que hablamos son una pequeña porción de lo que pasa en nuestro
entorno y nos damo cuenta de ello, y entonces solo nos deja pensando en que tanto más
puede estar ocurriendo de lo que nosotros no nos podemos dar cuenta porque las
personas con el dinero y el poder quieren mantener en secreto todas las decisiones que
toman sin importar si eso nos afecta o no de manera negativa a todos nosotros como
pueblo.
Bibliografia
Laguardia, J. M. G. (2000). Dinero y política. La cuadratura del círculo de la democracia en América Latina. Boletín Mexicano de Derecho Comparado, 33(99), 1055-1084.
Ortiz Ibarra, Y. A. (2011). Corrupción política y nepotismo.
Castillo, F. A. (2008). Nepotismo, clientelismo y fidelidad. De Floridablanca a Godoy (1789-1798) Nepotism, political customs and loyalty. From Floridablanca to Godoy (1789-1798). Cuadernos de Historia Moderna. Anejos, 7, 165-197.
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