Ayer, primero de mayo del año 2022, estuve recordando una experiencia muy fuerte vivida en una fecha como esta del año 1954. Vivia en Urraco, un pueblo muy prospero donde circulaba mucho dinero. Nosotros éramos un grupo de comerciantes que nos abastecíamos en el Progreso, Yoro. Los trabajadores de las fincas bananeras desde hacia algunos días estaban en huelga. Recuerdo que no habían medios para transportarse y decidimos esa día madrugar. Todos eran mayores: Don Salomon Sikafi, Doña Rosa Sikafi, Don Oscar Suarez padre, Don Bernabe Pineda y yo, para este entonces tenia 21 año. Una tarde – ya casi para regresar – nos detuvieron unos soldados armados quienes dijeron: «No pueden salir porque llega el Gobierno con sus representantes a negociar con los trabajadores la lista de peticiones.»
Cuando llegamos al parque casi muero de miedo. No había gente en las calles, solo estaban rodeando el parque los trabajadores de Tela, de La Lima, de Cortés, eran miles y el ruido de un helicóptero que traía unas armas que tenían cuatro patas y pensé: «Dios mío ya nos mataron a todos.» Se apostaron en la farmacia Benaton, en la otra esquina de la casa Hall, en la otra farmacia Machi, en el Hotel chino Hooplin, la otra metralleta en la panadería Hawit y la ultima en frente de la municipalidad. Los trabajadores solo esperando nerviosos después de mucho días de estar allí durmiendo en la calle y comiendo guineos cosidos que las mujeres les cocinaban, dispuestos a defender a sus representantes y sus derechos ante la empresa bananera. Como a la media noche yo creo que aceptaron la mitad de 150 peticiones muy en secreto … yo no estoy segura, solo recuerdo esos momentos de agonía, dolor y vergüenza.
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