Los crímenes en política
La victoria de Juan Orlando Hernández y de su partido en el año 2013 se montó sobre un horrendo crimen a la salud de millones de hondureños. Esto lo sabemos aquí en el país y lo sabe la Comunidad Internacional después del escándalo que se produjo al ventilarse una parte de lo ocurrido en el IHSS; después que el mismo JOH y Pepe Lobo, hayan aceptado que el Partido Nacional obtuvo fondos de las empresas fantasmas y que se sabía sobre el gran desfalco, pero que en medio de la campaña electoral no era prudente para los intereses de la cúpula nacionalista ni siquiera mencionarlo. Este caso es lo suficientemente grave para aplicar duras penas a muchos que se vieron involucrados en el saqueo. En otros lugares donde las leyes se irrespetan menos, un caso similar al desfalco al IHSS hubiera tenido profundas consecuencias para los que gobiernan y los que se aprovecharon de eso.
Pero pese a lo que puede ocurrir en caso que se llegue a investigar todo lo que realmente aconteció alrededor del IHSS, la cúpula del Partido Nacional no escatima por seguir cometiendo ilegalidades. El siguiente crimen, el continuismo, con el que esperan afianzarse cuatro años más en el poder, es algo que reviste características similares al desfalco. Se trata de una acción que ha requerido trabajo de varios años, coordinada entre diferentes instituciones y sectores, en un ambiente de impunidad, donde participan corruptos y corruptores; además con mucho dinero en juego. Pero para todos los que pueden leer y guardan algo de sensatez, la Constitución es clara en cuanto a prohibir que se postule a un segundo término el Presidente de la República o cualquiera que haya desempeñado esa función; es claro además que ese artículo es irreformable. Así de sencillo. Cualquier interpretación que no obedezca a esa intención tan clara que se lee de esos artículos de la Constitución, es antojadiza e ilegal.
JOH y su círculo viene trabajando en esa intención continuista desde años atrás. La amplia comparsa de aliados se ha movilizado intensamente para coordinar todos los esfuerzos y recursos para allanar las ambiciones reeleccionistas. Fueron hasta la Corte Suprema y fallaron a su favor, aunque solo llegaron para pedir despenalizar la discusión. Las instituciones del sector público reparten dinero, becas, alimentos a gente muy necesitada en nombre de JOH. El mismo JOH se moviliza, aparece en diferentes escenarios promoviendo su imagen; gusta de hacer viajes al exterior para hacer presentaciones vanas sobre lo que se ha alcanzado en materia de desarrollo económico y social durante su gestión, creyendo que así convencerá que las cosas han cambiado positivamente en nuestro país. Pero su visión definitivamente es muy corta, no capta que mientras más se empecinan en intenciones claramente ilegales, más se hunden y menos respeto por parte de la gente. Sin lugar a dudas, el Presidente puede hoy ostentar el título de ser quizá el presidente más irrespetado.
Lógicamente que en el círculo político y empresarial, desde donde reciben retroalimentación y estímulos para continuar, las cosas deben ser diferentes. Alguien le ha dicho o se lo inventó que el 70% de la gente está con él. La cúpula empresarial afirma que JOH les va a crear 600,000 empleos. Pero es entendible. La discrecionalidad con la que ejerce la titularidad le permite repartir muchos favores, mucho dinero y hacer promesas atractivas pese a que sean inalcanzables.
Hace apenas un año y meses los hondureños marcharon en las calles por cambios. Hoy el descontento sigue latente a través de todos los sectores, solamente falta una chispa para que nuevamente el soberano se pronuncie claramente.
Rafael Delgado
delgadoelvir@yahoo.com
San Pedro Sula
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