Epílogo
«Para explicar la evolución historica de la identidad nacional hemos hecho un vasto recorrido a través de la historia de Honduras, desde la etapa formativa de la sociedad colonial en el siglo XVI, hasta las primeras décadas del siglo XX.
Durante el siglo XVI tuvo lugar la conquista de Honduras, dando lugar al largo período de la dominación colonial hispánica. Esta última se ejerció a través de un régimen burocratico organizado por la Corona española para ejercer el poder en su nombre. La iglesia formaba parte de ese poder y su labor se orientó a la evangelización de los indígenas y a la divulgación doctrinaria de los valores espirituales, morales y éticos de la civilización cristiano-occidental.
En el siglo XVII e régimen colonial se estabilizó y perfeccionó su engranaje administrativo, siendo uno de sus logros más significativos la organización de la población nativa en reducciones o pueblos de indios, cumpliendose así con el doble objetivo de evangelizar a los indígenas y someterlos al pago de tributos como vasallos de la Corona. En este sistema de explotación económica, los indígenas pasaron a ocupar la base de la pirámide social organizada por la Colonia, aportando, además de los tributos, mano de obra semi-gratuita para las empresas agrícolas o mineras organizadas por los españoles.
Durante los siglos XVII y XVIII la economía hondureña se caracterizó por la búsqueda permanente de productos creadores de riqueza a corto plazo. Esta modalidad volcó la producción hondureña hacia el exterior vinculándola coyunturalmente con la economía occidental a través de productos como el oro, la plata, el cacao, la zarzaparilla y el tabaco. Los differentes ciclos de auge y decadencia de estos productos favorecieron el surgimiento de un mestizaje racial con perfiles socio-económicos y culturales claramente definidos.
El mestizaje encontró en los reales de minas, obrajes añileros y haciendas el medio socio-económico adecuado para su multiplicación. Este proceso se aceleró durante el siglo XVIII a finales del cual, la población ladina representaba alrededor del 60 por ciento de la población de la provincia. Este hecho fue decisivo para una configuración homogénea de la población hondureña, al borrarse las diferencias raciales que la Colonia había impuesto mediante la aplicaclón de una politica segregacionista.
La paulatina homogeneidad racial tuvo entre sus signos más caracteristicos la pobreza y la marginalidad. El difícil acceso a la propiedad, a la riqueza social, al poder politico y a un mínimo de bienestar social convirtió a los ladinos en parias de la sociedad colonial. La condición miserable y marginal de esta población apenas le pemitió desarrollar una cultura en los límites conceptuales de lo que O. Lewis denominó ”cultura de la pobreza», considerada por este autor como un mal endémico en los regímenes coloniales.
En estas condiciones, la identidad de la población hondureña no se corporizó exclusivamente en la cultura y religión indígena, hispana o africana, sino más bien en el entrecruce de estas. La ladinización de la sociedad colonial hondureña se convirtió así en uno de los elementos determinantes en la conformación de la identidad nacional, los que continuaron su evolución durante el período independiente iniciado en 1821.
Esta es la sociedad que encontraría el siglo XIX y con la cual se iniciaría la construcción de la nacion y la nacionalidad hondureña. El período independiente sería hegemonizado por la élite criolla, que se propuso un proyecto politico para construir la nación, primero a nivel centroamericano en lo que se denominó la federación centroamericana (1824-1839) y después de su hundimimiento, a un nivel puramente local.
El proyecto federal no prosperó debido al peso de un localismo provincial cuyos orígenes se remontaban al ultimo cuarto del siglo XVIII, cuando la administraciòn colonial entró en un proceso centralizador con el proposito de agilizar su funcionamiento. El localismo provincial tambien se vio estimulado por las rivalidades interoligarquicas surgidas entre los comerciantes de la ciudad de Guatemala y los hacendados-ganaderos locales, como ocurrió en el caso hondureño en las ultimas décadas del régimen colonial. Las disputas al respecto condujeron en determinado momento a que el intendente Ramón de Anguiano propusiera a la Corona la separación de Honduras de la Capitania General de Guatemala.
En estas condiciones, el proyecto federal resultó una quimera que, sin embargo, tuvo defensores tan convencidas y enérgicos como Fracisco Morazan. La lucha entre las fuerzas favorables al proyecto federal y sus adversarios mantuvieron a Centroamerica inmersa en el caos y la anarquía politica hasta el fin del régimen en 1839.
El hundimiento de la federación colocó a las provincias centroamericanas sobre vias independientes para la construcción de sus Estados nacionales a partir de esfuerzos propios.
Cada una de estas provincias, con alguna excepción, vio fortalecerse su estatuto nacional frente a la amenaza representada por la Gran Bretaña por lo menos hasta 1860. La idea de una configuración territorial definida y soberana, como sucedió en Honduras en el caso de la defensa de las islas de la Bahía y parte del territorio de La Mosquitia, despertó una conciencia nacional manifiesta en la defensa de su espacio frente a las potencias extranjeras.
En el último cuarto del siglo XIX tuvo lugar en Honduras el proceso político conocido como ‘reforma liberal’ que, durante la segunda mitad de ese siglo, se habia extendido por casi todo el continente. Este fue uno de los más organizados intentos para construir Ia nación a partir de Ia modernización estatal, lo que implicaba la articulación nacional desde el punto de vista político y económico. Las realizaciones y las insuficiencias de este proceso demostraron las limitaciones propias de la sociedad hondureña en esa coyuntura histórica particular.
El proyecto de articulación económica del pais se produjo simultáneamente a los esfuerzos realizados desde el punto de vista político, conformando entre ambos un proyecto global para dotar de contenido a la nueva nación.
La búsqueda de una fuente inmediata de riqueza – como había ocurrido en el período colonial – llevó al Estado a depositar sus expectativas en proyectos como la construcción del ferrocarril interoceánico y la colonization agricola del territorio con emigrantes extranjeros, para desembocar en una politica de puertas abiertas al capital extranjero. Este último tuvo mayor éxito que las otras alternativas estatales, lo que sin embargo trajo consecuencias imprevistas.
El poder económico alcanzado por el capital extranjero en un pais donde la pobreza era un mal endemico, condujo rapidamente a la desnacionalización de los rubros principales de la economía y a la conversión de las viejas facciones politicas, con algunas excepciones, en servidores de los intereses del capital foráneo.
El proceso de construcción de la nación con bases y recursos propios, se vio así por la manipulación de que era el estamento político nacional por intereses ajenos a la nación hondureña. En estas condiciones, los intelectuales, algunas agrupaciones artesanales y el naciente movimiento obrero, realizaron esfuerzos por persuadir a la élite poltica dirigente de la necesidad de reencauzar el proceso de constitución nacional al margen de fuerzas economicas y políticas extranacionales que lo desnaturalizaban.
A conformar este nacionalismo incipiente, contribuyó la agresividad de la política norteamericana hacia Centroamerica, en la cual se combinaban una concepción imperialista y finalidades geopoliticas bien definidas, como la construcción de una via interoceánica a través de la región. Como había sucedido en el período 1840-1860 en el caso de las ambiciones hegemónicas de la Gran Bretaña, la amenaza externa, representada en el siglo XX por los Estados Unidos, contribuyó a fortalecer a conciencia nacionalista de algunos sectores sociales y politicos de Honduras, aunque no lograra consolidarse en una mayoritaria de la población.
Los señalamientos anteriores nos permiten afirmar que el proceso de construcción de la nación y de la identidad nacional ha sido un camino largo, marcado por la lentitud impuesta por las limitaciones socio-economicas y políticas de cada coyuntura historica. Las características más importantes de la identidad nacional hondureña, sus fortalezas y debilidades, están íntimamente vinculadas, si no determinadas, por el grado de desarrollo económico y de madurez social alcanzado por una sociedad, que por lo menos hasta las primeras décadas del ciglo XX, aun no se reconocía como communidad política autónoma, soberana y capaz de autodeterminar su historia y su destino.»
Tomado del libro de Marvin Barahona, Evolución histórica de la identidad nacional, editorial guaymuras, sexta reimpresión, Tegucigalpa 2016
Christian RR dice
«Durante los siglos XVII y XVIII la economía hondureña se caracterizó por la búsqueda permanente de productos creadores de riqueza a corto plazo. Esta modalidad volcó la producción hondureña hacia el exterior vinculándola coyunturalmente con la economía occidental a través de productos como el oro, la plata, el cacao, la zarzaparilla y el tabaco. »
Es que no habia otra alternativa (para corto y largo plazo) que la produccion hacia el exterior. No habia mercado interno y habia poca poblacion. Habia necesidad de que entraran capitales al pais.
Tengo pendiente leer el libro pero me parece que al pais entraron capitales (e infraestructura), pero no entro el conocimiento. No habia una clase empresarial en Honduras. No existian las condiciones para establecer conexiones para poder introducir la produccion en otros mercados. La produccion seria de subsistencia. Las empresas de EEUU tenian toda la ventaja para producir e introducir su produccion en su gran mercado. Aqui no existian esas habilidades empresariales y administrativas. Me parece que talvez lo que falto fue la habilidad para negociar con los extranjeros, a manera de establecer una relacion en que ambas partes pudieran beneficiarse. Se necesitaban condiciones para que creciera el capital humano nacional y la inversion nacional a la par de la inversion extranjera.
Pero hay los que dicen que las bananeras enviaron a hondurenos a estudiar a universidades de EEUU y proveyeron a sus empleados de mejores servicios de salud, educacion, y condiciones de abastecimiento.
«Las características más importantes de la identidad nacional hondureña, sus fortalezas y debilidades, están íntimamente vinculadas, si no determinadas, por el grado de desarrollo económico y de madurez social alcanzado por una sociedad, que por lo menos hasta las primeras décadas del ciglo XX, aun no se reconocía como communidad política autónoma, soberana y capaz de autodeterminar su historia y su destino.”
De acuerdo. Al final la culpa ha sido de nosotros, de nuestra endeble identidad nacional, y de no ser capaces de darnos la mano y ponernos de acuerdo sobre lo que necesitamos hacer. En el pasado los partidos se han dado la mano en acuerdos intrascendentes. Esperemos que podamos ponernos de acuerdo para lo que importa -generar inversion nacional y extranjera que nos de crecimiento economico (e invertir en la educacion y desarrollo) – , y que no entreguemos nuestros destino a intereses extranjeros y revoluciones hacia el fracaso.