Elda Romelia Urcina
Hace mucho tiempo vivimos en medio de una vorágine de peligro por la droga, la tolerancia infame de nuestros gobiernos de cualquier partido. Esto lo sabe mi pueblo. Urge un cambio. Las mujeres no estamos preparadas para gobernar un pueblo machista. Tenemos que aprender a valorarnos aprendiendo a concientizar nuestro papel que tenemos en la vida. Aprendamos a valorarnos y a concientizar nuestro papel sagrado de esposa y madre ejemplar para sus hijos. Solamente con amor, educación y disciplina podemos dirigir a nuestros hijos con una buena forma de vivir dignamente.
Pero esto, hermanas mías, no se encuentre en las escuelas ni colegios, ni universidades de ningún país del mundo y mucho menos si nacieron en cunas de oro. Que la mujer hondureña deja de ser sometida para «convertirse en la fiera de la casa». Es mentira! Llámelo esposo, malos compañeros, amantes o lo que sea. Tuvimos que aprender a defendernos de los mal nacidos o mal orientados. Por aquellos padres que les enseñaron desde que nacieron: «usted es un macho, nació hombre y todo se lo merecen»!
En estos tiempos todo es diferente. Estamos peor. Nuestros niños crecen con celulares pero sin capacidad de pensar, sin cerebro y se convierten en marionetas, productos de la pésima educación, la ambición de tener dinero sin trabajar y todo es producto de la droga. En estos tiempos modernos solo se corrompe la dignidad humana. Ya no existen las cualidades humanas. Para nuestra juventud nuestro Señor es ‘historia vieja’ que ya paso. Reflexionemos, mujer hondureña, para las que como yo no saben ni entienden de política. Solamente sentimos temor por el futuro que tocara vivir a nuestros hijos y nietos. Solamente les pido que eduquemos a nuestros hijos con un buen propósito.
Mujeres políticas que se dedican al cambio ėtico de nuestro país y por ende de nuestros hijos. Deseo y pido a Nuestro Señor que traigamos al mundo hombres y mujeres que se preparan para servir con el propósito de ser un ejemplo positivo para nuestra juventud sano del alma y del pensamiento. Que demuestren su grandeza con acciones de honradez, lealtad y dignidad. Mujeres de Honduras, preparense para defender nuestra integridad y derechos. Este pueblo grita: «Queremos paz, queremos trabajar para vivir en democracia.»
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