Comentario al articulo de Juan Ramon Martines en el diario La Prensa del 5 de marzo 2020.
San Pedro Sula, 6 de marzo 2020
Cuando un escritor con mucha autoestima y habilidades retóricas encuentra un economista-realista algo raro pasa. El economista trata de explicarle al escritor sobre las necesidades de una sociedad moderna donde la economía funciona bajo reglas transparentes sin corrupción y comprueba todo esto con referencia a un economista internacionalmente respetado, utilizando estadísticas y gráficas bien probadas, el escritor debería escuchar y tratar de entenderlo o por lo menos aprender algo.
Pero cuando la autoestima del escritor es tan grande como la del gran comentarista de todo Juan Ramon Martinez, el machismo intelectual prevalece y no le permite analizar ni respetar los argumentos del economista, simplemente porque no lo puede entender, ni tampoco aceptar su ignorancia relativa. Cuando una persona con tanta autoestima tendría que ser «alumno» en un sector de ciencia que obviamente no maneja, el posiblemente reacciona frustrado y con sarcasmo. Exactamente esto es el caso de Juan Ramon Martinez: En lugar de argumentar con respeto el trata de ridiculizar o desprestigiar a su adversario con palabras irónicas, llenas de irrespeto y sarcasmo.
Que lastima, argumentos hubiesen sido mejor y tal vez hubieran abierto una discusión fructuosa sobre el futuro de Honduras. Pero con el texto del señor Martinez se difunden las palabras en el aire y queda nada mas que la impresión emocional.
Juan Ramon Martinez obviamente admira al Ing. Pedro Barquero el nuevo Presidente de la Camara de Comercio e Industria de Cortes, pero es incapaz de reconocer su capacidad humana e intelectual.
El lector hondureño y Honduras merecen mas que estos textos sentimentales sin contenido.
(El autor de la carta abierta es de origen alemán, doctor en Ciencias Políticas, Historia y Filosofía y autor y editor de diversos libros y numerosos artículos en alemán y español. El trabajó durante 15 años para organizaciones de la empresa privada en Alemania y entre 1984 y 1986 para la Fundación Konrad Adenauer en Centroamérica. Después se dedicó durante 20 años a sus propias empresas en Alemania. Desde 2017 es catedrático en UNITEC en el área de Relaciones Internacionales. El vive con su esposa hondureña en San Pedro Sula, la «capital industrial de Honduras».)
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